Por Marcelo G: Ruibal
SEGUNDA PARTE
fotografía, Bartolomé Mitre |
Para
ello debemos remitirnos a los trabajos históricos que realizó el general
Bartolomé Mitre que por mucho tiempo fueron el sustento y la base de la
documentación sobre la historia argentina.
Mitre
fue el creador de la historiografía argentina y también de la historia oficial,
la que tiempo después sería cuestionada por la historia revisionista.
En
especial debemos referirnos a dos de sus obras: la “Historia de Belgrano y de
la Independencia Argentina” (1854) y los “Estudios históricos sobre la
Revolución Argentina: Belgrano y Güemes” (1864).
Después
de haber publicado el libro la “Historia de Belgrano y de la Independencia
Argentina”, en el que le dedica al general Güemes algunos capítulos, se produce
un fuerte enfrentamiento entre Mitre y el Dr. Dalmacio Vélez Sarsfield, lo que provocó
que en 1864 Mitre publicara el libro Estudios históricos sobre la Revolución
Argentina: Belgrano y Güemes en respuesta al libro las Rectificaciones
Históricas: General Belgrano, General Güemes de Vélez Sarsfield.
Como dijimos en la
primera parte comenzaremos analizando el siguiente párrafo del libro Estudios
Históricos sobre la Revolución Argentina: Belgrano y Güemes de Mitre, que dice: “.. Acompañó tan solo al ejército patriota hasta Potosí; y desde allí
regresó a Buenos Aires, donde permaneció hasta 1813, mientras la revolución
combatía en Huaqui, Cochabamba, Nazareno, Las Piedras, Tucumán, Salta, Ayohuma
y Vilcapugio...”. (E.H. pág. 333)
Como
se dijo anteriormente, Mitre en esta afirmación vuelve a equivocarse. El general Manuel Belgrano reemplaza a Pueyrredón como comandante del
Ejército Auxiliar en marzo de 1812, y le encomienda a varios oficiales la
misión de ir a Santiago del Estero a realizar reclutamiento de tropas y
recolección de caballos y ganado, entre estos oficiales estaba el teniente
coronel Martín Miguel de Güemes.
Por
una denuncia que recibe el general Belgrano de Germán Lugones, separa del
Ejército Auxiliar a Güemes y le ordena que se dirija a Buenos Aires sin
comunicarle los motivos, ni darle la oportunidad de defenderse, y sin
realizarse sumario alguno, como surge del oficio que le envía Belgrano al
gobierno central de fecha 10 de noviembre de 1812, que dice: “Habiéndome informado el alcalde de la
ciudad de Santiago del Estero don Germán Lugones de la escandalosa conducta del teniente coronel graduado don Martín Güemes
con doña Juana Inguanzo, esposa de don Sebastián Mella, teniente de dragones en
el ejército de mi mando, por vivir ambos en aquella ciudad aposentados en una
sola mansión, ...
... considerando que cualquier procedimiento judicial
sobre la materia, sería demasiado escandaloso y acaso ineficaz, he tomado la
resolución de mandarle a Güemes, como lo hago con esta fecha, que dentro de
veinticuatro horas de recibida mi orden se ponga en camino para esa ciudad en donde
se deberá presentar a vuestra excelencia por convenir así al servicio de la
patria...”. (Luis Güemes, Güemes
Documentado t. 2, pp. 41/42)
Documento firmado por Belgrano de fecha:18 de diciembre de 1799 |
El
teniente coronel graduado don Martín Miguel de Güemes, llega a Buenos Aires el
20 de enero de 1813.
Pasados
tres años el general don Manuel Belgrano, el 9 de septiembre de 1816, le
escribe una carta al coronel don Martín Miguel de Güemes diciendo:
“Mi amigo y compañero
querido:
… Como yo he hecho
ostentación de la amistad de usted en consecuencia de que habían hablado
algunos de que usted no la tendría conmigo, así porque lo mandé a Buenos Aires,
como porque a Rondeau dicen que usted le manifestó que no me admitiría,
seguramente se han venido a valer de mí para que me empeñe con usted, y yo me
he gloriado de esto, conociendo que aquel ridículo concepto ya no existía…”. (Luis Güemes, Güemes Documentado t. 2, p. 16)
Como surge de este
escrito y de tantos otros entre los dos héroes, se ve claramente el respeto y
cariño que se tenían, y que lo sucedido en el año 1812 había sido una
equivocación.
El
teniente coronel graduado don Martín Miguel de Güemes no participó de la
batalla de Las Piedras y de Tucumán por encontrarse cumpliendo funciones en la
ciudad de Santiago del Estero, y tampoco estuvo en la Batalla de Salta, ni en
la segunda Expedición Auxiliadora del Perú (Batallas de Ayohuma y Vilcapugio), por hallarse desde diciembre de 1812
hasta febrero de 1814 en Buenos Aires.
Güemes
en su estadía en la capital de las Provincias Unidas se reencuentra con amigos
y familiares que había dejado de ver desde su regreso a Salta en 1808, como ya
dijimos cuando estuvo en Buenos Aires durante las Invasiones Inglesas, entre
ellos se encontraban, don José Manuel Bustillo y Cevallos y don Antonio José de
Escalada, que el 12 de noviembre de 1812 se había convertido en el suegro del
coronel José Francisco de San Martín, es así como Martín Miguel conoce a San
Martín y entablan una gran amistad, esta relación en los años sucesivos se
convertiría en el basamento del logro de la independencia de Sudamérica
hispana.
Las
derrotas sufridas por el Ejército Auxiliar ante las fuerzas realistas
comandadas por el brigadier Joaquín de la Pezuela, en las batallas de
Vilcapugio el 1 de octubre de 1813, y de Ayohuma el 14 de noviembre, localidades
ubicadas a unos kilómetros al norte de la ciudad boliviana de Potosí, provocó
el retiro del ejército de las provincias del Alto Perú.
Ante
estas derrotas, el Gobierno Central designa al coronel José de San Martín para
que marchara con refuerzos desde Buenos Aires al encuentro del general
Belgrano.
El
teniente coronel Martín Miguel de Güemes en cuanto tuvo noticias de la decisión
del Gobierno, solicitó a San Martín que lo incorporara a la fuerza que él
comandaría; así es como el 6 de diciembre de 1813 San Martín se dirige a las
autoridades centrales diciendo: “Al
teniente coronel don Martín Güemes lo creo sumamente útil a la expedición
auxiliadora del Perú que V.E. ha puesto a mi cargo, la opinión y concepto de
este oficial y sus servicios constantes por la causa me hacen interesarme con
V.E. a fin de que su solicitud tenga el éxito que solicita”. (Luis Güemes,
Güemes Documentado t. 2, pp. 26/27)
Historia de San Martín, B. Mitre |
El
coronel San Martín no se equivocó en su decisión, porque don Martín Güemes no
solo fue útil a la expedición auxiliadora, sino que tuvo un protagonismo
fundamental en la independencia de Sudamérica Hispana.
En
otro punto, Mitre, también dice: “... Por ahora necesitamos retroceder un
poco en nuestra exposición de fechas, para determinar cuál era la posición de
Güemes respecto del Ejército del Perú y de su general en jefe Rondeau.
Güemes
con las milicias de Salta acompañó al Ejército del Norte en su segunda invasión
al Alto Perú en 1815, hallándose presente en el hecho de armas del Puesto del
Marqués, con que se inició la campaña, regresando desde allí hasta Salta”. (E.H., pág. 339)
Cuando el general Rondeau reemplaza al general
San Martín como general en jefe del Ejército del Perú 19 de julio de 1814, el teniente coronel Güemes se encontraba al mando de
las fuerzas que sitiaban a la ciudad de Salta, que estaba ocupada por el
Ejército realista comandado por el general Joaquín de la Pezuela
En
ese mismo mes de julio, a consecuencia del riguroso sitio que venían sufriendo
las fuerzas enemigas, se ven obligadas a abandonar la ciudad, y se encaminan
hacia Jujuy, siendo constantemente acosadas por las milicias gauchas, por tal
motivo, debieron continuar hasta la Quebrada de Humahuaca.
Historia de Belgrano de B. Mitre |
Como
reconocimiento por su impecable y valeroso accionar el general Rondeau le
recomienda al Gobierno Central que se lo ascienda a Güemes al grado de coronel
graduado, y lo nombra Comandante de la Vanguardia del Ejército del Perú o del
Norte.
Estando
Güemes en el Cuartel Principal de la Vanguardia en Jujuy, se entera de la
existencia de problemas entre algunos gauchos de las milicias que estaban en la
ciudad de Salta con el coronel don Martín Rodríguez destacado también en la
misma ciudad.
Ante
este hecho le envía un oficio a Rodríguez el 17 de septiembre de 1814, en que
le dice: “Por raro resorte ha llegado a
mi noticia la división o desavenencia que se ha originado, no sé el motivo,
entre el regimiento de V.S. y los bravos defensores de la patria. Él es un
hecho escandaloso, que no traerá otras consecuencias que el desorden y el
entorpecimiento de nuestra gloriosa empresa contra los enemigos de la libertad.
En esta virtud espero que V.S. devuelva en el acto mismo los presos que ha
hecho de mis gauchos al comandante don Pedro José de Zabala, lo mismo al herido
que reclamó para curarlo el sargento don Vicente Panana. Este es el modo de
terminar las diferencias, porque de lo contrario estoy cierto tomará la cosa el
mayor fermento, y yo no seré capaz de desentenderme de la justa defensa de
estos héroes, que han sabido labrar un mérito sin igual. También advierto a
V.S. que sí este hecho es trascendental a doscientos gauchos, o más, que tengo
en estas avanzadas, al frente, y en los puntos más arriesgados del enemigo,
ocurrirá el mayor trastorno y sus resultados no será capaz V.S. de sanearlos o
repararlos. En sustancia absténgase V.S. de tener diferencias ni incomodar a
los gauchos atendiendo a sus distinguidos servicios y meditando los
acaecimientos que sobrevendrán de tenerlos inquietos y de incomodarlos, hasta
tanto el señor general determine lo que estime conveniente, en vista del parte
que con esta fecha le doy sobre el particular.- Dios guarde a V.S. muchos años.
Cuartel Principal de Vanguardia en Jujuy y setiembre 17 de 1814. Martín
Güemes.” (Luis Güemes, Güemes Documentado t. 2, pp. 317/318)
Martín
Rodríguez el 18 del mismo mes le responde: “He
recibido el oficio con fecha 17 del corriente con que U. con escándalo se ha
atrevido a insultar a la nación y a mi persona. En él no parece otro concepto
sino el abrigar los delitos de unos hombres que han aparejado en su entrada males
entre los habitantes de un pueblo amigo y saqueado por los enemigos. El desafío
que U. hace con esa gente es para mí el mayor desprecio. Sé batirme con honor y
ojalá no tuviera los sentimientos que me han animado siempre por la
tranquilidad general que pronto se vería U. con su amenaza bien avergonzado.
¿Quién es U. señor comandante de gauchos, para apercibirme? ¿Quién el que ha
atropellado, vulnerado los respetos de un regimiento de línea, y de lo que está
practicando el gobierno, en fuerza del atentado que ha cometido el pardo
Panana? También advierto el poco decoro a las autoridades que están conociendo
de los delitos que han perpetrado esos héroes; y sobre lo demás que U.
significa en su citado oficio acerca de los riesgos que sufre la tropa de su mando,
debo exponerle que son los que se hallan en las avanzadas, los cien dragones
que están a las órdenes del benemérito sargento mayor graduado don Alejandro
Heredia, con lo que queda contestado.- Dios guarde a Ud. muchos años. Salta y
setiembre 18 de 1814.- Martín Rodríguez.” (Luis Güemes, Güemes Documentado
t. 2, p. 318)
Este
enfrentamiento llegó a conocimiento del Director Supremo de las Provincias
Unidas don Gervasio Posadas, y tuvo dos consecuencias, la primera fue el 18 de
octubre de 1814 que se dividió la Gobernación Intendencia de Salta del Tucumán
en: Provincia de Salta, conformada por Salta, Jujuy y Tarija, y Provincia del
Tucumán que abarcaba Santiago del Estero, Tucumán y Catamarca.
La
otra se implementó a comienzos de febrero de 1815, cuando se separó del cargo
de Comandante de la Vanguardia al coronel graduado don Martín Miguel de Güemes,
nombrando en su reemplazo al coronel Martín Rodríguez.
El coronel Rodríguez no duró
mucho como Comandante de la Vanguardia del Ejército Norte, porque a las dos
semanas de asumir el cargo, el 19 de febrero, fue sorprendido por un
destacamento del brigadier Pezuela y tomado prisionero en la llamada Sorpresa
del Tejar.
Cuando
Güemes es separado del cargo de Comandante de la Vanguardia, el general Rondeau
le ordena que entregue la División de gauchos de Salta al coronel Rodríguez,
pero Güemes se niega contestándole que la División no pertenecía al Ejército,
ni estaba bajo las órdenes o jurisdicción de su general en Jefe, ante la
negativa es dado de baja del ejército, y se retira con sus milicias gauchas a
la ciudad de Salta.
El
27 de febrero de 1815 el coronel Güemes parte de la ciudad de Salta con sus
milicias en busca de partidas del ejército realista que estaban en distintos
puntos del norte de la provincia.
A
principios de abril de 1815 se une con sus fuerzas al norte de la Quebrada de
Humahuaca a la vanguardia del Ejército del Perú, que estaba al mando del mayor
general Francisco Fernández de la Cruz, la vanguardia del ejército se detiene a
unas seis leguas antes del Puesto Grande o del Marqués, y entonces se adelanta
solamente el coronel Güemes con sus gauchos, logrando sorprender el 14 de abril
a la avanzada del ejército realista de Pezuela compuesta por una división de
200 hombres comandada por el teniente coronel don Antonio Vigil, perdiendo el
enemigo en la batalla del Puesto del Marqués 7 oficiales y 140 soldados,
logrando escapar el coronel Vigil con solo unos pocos hombres. Concluida la
acción, llega toda la vanguardia al Puesto y Güemes pide el auxilio de dos
compañías de caballería con el objeto de tomar las cuestas de la Culebrilla y del
Cerote, únicos caminos por donde podía el jefe de la vanguardia realista
general Olañeta retirarse. La propuesta de Güemes fue denegada, perdiéndose así
la oportunidad de haberle causado al enemigo un daño irreparable. Ante esta
situación Güemes regresa con sus milicias a Salta.
En
la tercera parte comenzaremos analizando el siguiente párrafo del libro de
Mitre: “He aquí lo que dice el general Paz en la página 215 del
tomo 1° de sus Memorias, sobre este hecho y sobre sus consecuencias: <El
Comandante Güemes, cuyo espíritu inquieto y cuyas aspiraciones empezaban a
manifestarse, no podía estar contento en el ejército, y que además sus gauchos
no eran una tropa adecuada para la campaña del Perú, regresó pues con su
división desde el Puesto del Marqués, y apenas llegó a Jujuy se quitó la
máscara y principió a manifestar su independencia. El primer acto o exceso que
cometió, fue echarse sobre el parque de reserva del ejército y apoderarse de
quinientos fusiles contra la voluntad del General, y las representaciones del
encargado de él. Para esta violencia no había ningún pretexto, pues ocupando
nuestro ejército las Provincias altas de Potosí y Chuquisaca, nada tenía que
temer de los enemigos la de Salta. Después todos sus pasos sucesivos fueron
conformes a este principio”.
(E.H., pág. 339 y 340)
Dr. Marcelo G. Ruibal
Muy bueno Dr. Ruibal, cabe señalar que mientras Rondeau generaba encontronazos por los fusiles de Jujuy, en la Gaceta de Buenos Aires, el gobierno invitaba a visitar el arsenal del fuerte, lleno de las miles de mosquetes y decenas de cañones tomados en la ciudad de Montevideo y en los barcos de la flota española, después de la rendición.
ResponderBorrar¿Qué inconfesables intereses movilizaron a Rondeau? que había perdido completamente el centro de gravedad de su misión.
Atentamente
Jorge Sáenz