lunes, 20 de junio de 2016

El Tuscal de Velarde

por: Jorge Gianella

Quisiera que lo expuesto en este trabajo nos sirva  para conocer un acontecimiento, que da origen a un verdadero cambio en el destino de la América Hispana, el combate del Tuscal de Velarde, es uno de los más significativos hechos de armas, ocurrido el 28 y 29 de marzo de 1814, y considerado uno de los hitos más gloriosos del período emancipador.
Quisiera presentar de alguna manera el ámbito en el que se desarrolló y los hechos que se fueron encadenando para que se produzca y los resultados posteriores.
Hasta 1802 el Río Ancho se denominaba Segundo o Río Silleta. En dicho año una inusual creciente determinó el cambio de su cause original, modificando su trayectoria e incorporando nuevas tierras para la producción. Estas aguas se incorporaron al río Arenales y también al Guachipas. La zona ganada para la producción, es hoy un importante conglomerado  urbano de la zona sur de la Ciudad, con barrios populosos tales como: El Tribuno, Intersindical, Bancario, San Francisco, Limache, Santa Ana, etc.
Luego de las derrotas que sufriera el ejército del Norte en Vilcapugio y Ayohuma  octubre y noviembre de 1813, Belgrano es obligado a abandonar el Alto Perú, el prócer procura que el regreso sea lo mas ordenadamente posible, evitando los excesos.
Hago hincapié en este punto, pues fue muy criticada la acción de Belgrano en Ayohuma y los errores cometidos en la acción militar, se rehabilitan en la fuga y las palabras de Mitre al respecto lo ponen en claro “si en la batalla pudo padecer la fama del General, mostrándose inferior al vencedor de Salta, en la retirada vuelve a reaparecer el héroe de alma grande, el patriota de fe incontrastable, que no se rinde bajo los golpes del infortunio y continúa imponiendo al enemigo y domina a los suyos, por su tenaz resistencia y fortaleza de espíritu”. (No ocurrió lo mismo cuando este ejército comandado por Rondeau fue derrotado en Huaqui, donde la anarquía lo contaminó de excesos).               
Haciendo referencia a 1813, dice Mitre en Historia de San Martín tomo I página 99,... “la revolución, que hasta entonces había luchado con mediocres generales enemigos y con tropas mal organizadas, empezaba a encontrar frente a sí jefes entendidos y ejércitos disciplinados, que no podían contrarrestarse en una campaña regular sino con mejores generales y mejores soldados”... y llama la atención  cuando en la misma página medio párrafo mas adelante dice: ... “la disciplina, la táctica, la estrategia, la calidad de las armas y la inteligencia superior del general, serían en adelante condiciones indispensables de todo triunfo militar de la revolución en toda campaña ofensiva en que sus ejércitos tuviesen que alejarse de su base de operaciones. Estas condiciones faltaban y el general predestinado de la revolución aún no había aparecido. En tal situación el Gobierno volvió sus ojos a los Generales de la Logia.
(Sigue Mitre) Alvear, que no tenía por entonces ninguna idea fija en el orden militar, se presentó como candidato para mandar el ejército del norte, al cual había sido destinado antes en un rango inferior. San Martín que consideraba de mayor importancia la empresa sobre Montevideo y que comprendía que  nada decisivo podría intentarse mientras ella no se llevara a buen término, le cedió de buen grado la precedencia y el honor y en tal sentido escribió a Belgrano recomendándolo. Pero Alvear, fluctuante siempre y temeroso de abandonar el teatro de la política, en el que brillaba como protagonista, volvió sobre sus pasos indicando a San Martín para Ocupar el puesto”.                                                                                                                                                             
El Gobierno de Buenos Aires al tomar conocimiento de los hechos de  Vilcapugio y Ayahuma, designa de inmediato al Coronel José de San Martín, general en jefe del Ejército Auxiliar en apoyo de Belgrano.
Güemes quien estaba en Buenos Aires desde el 20 de enero de 1813, había procurado volver a la tierra Salteña en distintas oportunidades, pues sabía que era aquí donde se jugaban los destinos de la libertad americana, ve en el nombramiento de San Martín la oportunidad para su regreso.
San Martín y Güemes se conocieron en Buenos Aires en ese 1813, y la amistad surgida entre ambos se mantendrá por siempre, debemos recordar también que entre el suegro de San Martín don Antonio José de Escalada y Don Gabriel de Güemes Montero, padre del héroe gaucho existe un lazo de parentesco, tal como lo aclara  el Dr. Luis Güemes en el tomo 2 del Güemes Documentado.
Güemes pide a San Martín ser incorporado a la fuerza que él comandaría y que iría a reforzar al Ejército del Norte. Con tal motivo San Martín escribe al Gobierno Nacional el 6 de diciembre diciendo “el Teniente Coronel don Martín Güemes lo creo sumamente útil a la expedición auxiliadora del Perú que vuestra excelencia ha puesto a mi cargo; la opinión y concepto de este oficial y sus servicios constantes por la causa me hacen interesarme con vuestra excelencia a fin de que su solicitud tenga el éxito que solicita”.
La partida de este refuerzo se dividió en tres grupos, en el primero viajaba San Martín y en el último Güemes. El Gobierno quería que cuanto antes se reforzara a Belgrano y Güemes quien había recibido sus ascensos unos días antes, debía concluir con todo lo vinculado a estos trámites y sus sueldos.
San Martín y Belgrano se encontraron en las proximidades del Pasaje o Juramento y se detuvieron en Yatasto el 20 de enero de 1814, siguieron luego a Tucumán. El 30 de enero en esta ciudad se enteran de que el Gobierno había dispuesto que San Martín se hiera cargo del mando del Ejercito Auxiliar y que Belgrano fuera  a Buenos Aires a dar cuenta de su labor.
El último grupo de este refuerzo, llegó a Tucumán  el 18 de febrero, Güemes viajaba en el.
Inmediatamente de su llegada, San Martín dispuso  que marchara a encargarse del mando general de la línea del Pasaje
Quisiera destacar, que el ejercito permaneció en Tucumán, pues la situación de la tropa era compleja, luego de las derrotas, su estado anímico, disciplinario y estructural era un verdadero problema y las deserciones, moneda corriente.
No cabe duda, Güemes se comprometió ante su jefe de ”sostener la Línea del Pasaje” con milicianos de la región, San Martín quien conocía perfectamente la actuación anterior de Güemes y su desempeño confió en su amigo y subordinado.
Apenas llegó al Naranjo, cerca de Rosario de la Frontera, Güemes se pone en contacto con don Gavino Sardina a quien le anuncia que trabajarán juntos en la defensa de la “Sagrada Causa”. Pero es aquí donde quisiera citar las palabras de Zacarías Yanci que en sus memorias describe tal momento de la siguiente forma: “Desde que fue nombrado (Güemes) el 28 de enero, jefe de la avanzada del Pasaje, puso todo su interés en levantar el interés popular de la región a favor de la causa de la Libertad. Y el éxito es grande y rápido, pues conmueve a todos los habitantes de la campaña, al hablarles de la ley, de sus derechos. Sopla activamente en sus corazones el fuego del amor por la patria y enciende en ellos el deseo de vencer y arrojar a los tiranos que extendían las cadenas de sus crímenes”.
Tan pronto como el paisanaje tenía noticias de la llegada de Güemes, corre a ponerse a sus órdenes, sin indagar en la magnitud de los peligros, ni los sacrificios que la empresa requiere. Los gauchos que antes los habían acompañado en Suipacha, en la División Salta, en Tarija, corren a unírsele.
Salta está en manos de los Españoles, que confiados, tienen 2000 hombres repartidos en Salta y Jujuy. Saturnino Castro, Salteño de nacimiento pero al servicio de España comanda la Guarnición en Salta.
Una maniobra que va a demostrar a donde puede llegar Güemes y su gente, con su audacia, su pericia y valentía, se inicia el 27 de marzo de 1814, por la cuesta de la Pedrera, desde este punto se avanza hasta las inmediaciones de la ciudad, donde lo militares españoles descansan, han confiado la defensa de esta posible entrada a Castro , quien posee un valor reconocido por todos.
Güemes inicia un ataque contra una avanzada que defiende la entrada de la ciudad, la sorprende, la derrota y toma prisioneros a la mayoría de los allí destacados, el resto huye rumbo a la ciudad, llevando la alarma.
Cuadro ganador del certamen "Bicentenario del Tuscal de Velarde"
autor: Domingo Gatti - Propiedad Fortín El Tuscal de Velarde - Salta 
Güemes manda una pequeña fuerza tras de ellos, mientras con el, grueso de sus hombre se encamina hacia las barrancas del Río Ancho, se interna hacia el valle, dispuesto a enfrentar al grueso de las fuerzas enemigas. Al advertir que el cause se encuentra completamente seco, se oculta allí.
El Sargento Vicente Panana (un mulato de mala reputación) cumple fielmente el plan de Güemes, pues organiza un escándalo en el centro mismo de la ciudad que el jefe de la Guarnición española que no es otro que Castro sale a perseguirlo en la mañana del 29 de marzo, con 80 jinetes, elegidos entre los mejores de la tropa del regimiento de Partidarios.
Piensa Castro que se trata de bandidos a los que hay que escarmentar y no de una estratagema de Güemes que se vale de estos para atraerlo.
Castro es astuto y una legua antes de llegar al lugar, se detiene en llamado Campo de Velarde, distante una legua entre Salta y el río.
Antes que se desbarate el plan, Güemes ataca, en lugar de continuar esperando y avanza hacia Velarde, al frente de sus gauchos carga sobre los veteranos de Castro y los pone en fuga.
En el momento Güemes escribe en un parte a San Martín “Los derrotamos, corriéndolos hasta la banda del Río de Arias: Castro se escapó de entre las manos del valeroso Capitán Gorriti, han quedado en el campo el teniente de Caballería Poveda y treinta y tantos muertos y solo 4 prisioneros se pudieron librar, pues fue imposible contener mi gente en la que no ha habido la menor desgracia. Se han tomado 22 fusiles (y en cada momento se están encontrando en el monte) 8 sables y algunas cananas, les hemos quitado muchas mulas y caballos. Yo quedo acampando en este punto, esperando al nombrado Castro. No tengo expresiones como ponderar a V. E. El valor con que se han portado los oficiales y tropa de Campesinos”.
Este fue un gran triunfo para las armas de la patria y este parte será enviado al Director Supremo con un elogioso informe de San Martín.
La Victoria permitió a Güemes sitiar la ciudad y el General Pezuela se vio obligado a retirarse de Jujuy. Los invasores quedaron recluidos y los gauchos podían moverse libremente por el campo, organizando la defensa de la provincia.
Esta acción le valió, para que el gobierno Central dispusiera el ascenso de Martín Miguel de Güemes al grado de Teniente Coronel del Ejército, lo nombrara comandante general de vanguardia y al expedirle el despacho lo calificara de “Benemérito”, dándole “las gracias en nombre de la patria por sus eficaces servicios a favor de la libertad”.
En mi modesto pensar es quizás esta la acción que le demostró al Gran Capitán que podía dejar en manos de Güemes y los gauchos la primera etapa del plan libertador, la de mantener a raya a los invasores. Es decir una pared infranqueable por el norte que le permitiera organizar el ejército en Cuyo, para por el oeste libertar Chile y luego una ofensiva por mar y tierra para libertar el Perú. Güemes aceptó la responsabilidad de tamaña empresa y la llevó a cabo hasta que las traiciones truncaron el paso final, lo que atrasó la libertad americana cuatro años, tal como lo afirmara el lugarteniente de Bolívar el General José Antonio Páez al enterarse de la muerte de Güemes.
Como testimonio de esta afirmación, quisiera citar las palabras de Mitre en Historia de San Martín tomo I página 126 .. “Al encargarse San Martín del Ejército Auxiliar del Perú, no traía ningún plan preconcebido.”...
Marzo de 1814 es un mes clave, los enfrentamientos de José Apolinario Saravia y su padre,  en Guachipas y Sauce Redondo,  Burela en El Bañado y el Carril, Gabino Sardina en San Bernardo; con Güemes sitiando Salta, provocan la incomunicación en el ejército español, el que no podía dimensionar la fuerza a la que estaba enfrentando. Estos acontecimientos llevan a San Martín a expresar lo siguiente “Los Gauchos de Salta solos, están haciendo al enemigo una guerra de recursos tan terrible, que lo han obligado a desprender una división con el solo objeto de extraer mulas y ganado”
Al ver los resultados positivos que el pueblo de la Provincia de Salta logra, y las dificultades que el ejército del Norte plantea  en Tucumán que muy bien describe Mitre en la Página 127 (Historia de San Martín. Tomo I): “al mismo tiempo que reorganizaba su ejército y remontaba su fuerza, en previsión del ataque y la defensa, San Martín se constituía en maestro de una escuela militar, teniendo que educar discípulos indóciles y desaplicados, como él mismo decía: en vez de aplicarse con mas empeño que nunca a la propia instrucción y disciplina de la tropa,  he tenido el desconsuelo de verlos abandonados, distraídos y negligentes, dando (los oficiales) más trabajo que los mismos soldados”.
Esta realidad, es la que motiva a San Martín, para concebir el plan continental, y hoy nos permite afirmar que “sin Güemes en la conducción de la defensa del territorio, el valor y la destreza de los gauchos y el esfuerzo material, espiritual y humano del pueblo, la libertad jamás se hubiera logrado.”

General Güemes... La Patria sigue en deuda.


Jorge A. Gianella
Homenaje al Combate
del Tuscal de Velarde
Publicado en el año  2004

2 comentarios:

  1. Interesante y compleja historia, contada tan simple que queda al alcance del entendimiento de todo el que la lea...

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  2. Este enfrentamiento tan bien explicado por Jorge Gianella, tuvo características de Batalla, en virtud de sus consecuencias. En efecto, produjo la retirada general del Ejército de ocupación del Gral. Pezuela, y la reconquista de Salta y de Jujuy que estaba en manos realistas.

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