por Jorge Gianella
Isbelio
Godoy y un grupo de músicos en 1952
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Un
instrumento casi olvidado en el folklore Argentino, es el Arpa, claro podremos
asociarla, sin duda, a la música del Paraguay, a la música llaneara de
Venezuela, al Folklore peruano o también a la música de Chile o Méjico; pero no
podemos olvidar la profunda raíz dentro del folclore argentino que tiene este
instrumento mágico.
Aquel
que llegó a las tierras americanas con
Sebastián Gaboto, en 1526, se sabe también, que Martín Niño, fue el primer ejecutante de este instrumento que
se conoce en el Río de la Plata, al
que los documentos mencionan como un "hábil tañedor de arpa".
Es quizás la más
conocida en argentina, de las menciones del ejecutante de arpa, la que hace
José Hernández en 1879, en el canto XXIII de La Vuelta de Martín Fierro cuando
dice: “Un nápoles
mercachifle,/ que andaba con un arpista…”.
Leopoldo
Lugones, en Poemas Solariegos, publicado en 1928
dice: “El arpista era Ildefonso/ moreno
crespo y jovial/ que tocaba con empeño igual/ una chacarera o un responso./
Pues lo mismo oficiaba con el cura,/ que hacía buena figura/ en la tertulia más
arriesgada,/ donde no pocas veces salió de la aventura/ con el arpa baleada….
”.
El Arpa se afincó primero en los
salones urbanos, como un gran entretenimientos de las damas, (se pueden ver en
varios museos miniaturas decoradas con ese motivo), de allí, fue desplazada luego con la llegada
del piano, pero donde tomó verdadera forma en la música argentina fue en el
ámbito rural, con la gran influencia guaraní
en Corrientes y ya integrando el conjunto folklórico tradicional en el
noroeste argentino; basta recordar algunas canciones de esta región para
confirmarlo:
Ricardo Arrieta
en su vals criollo CÓRDOBA DE ANTAÑO, dice: “Los bailes en los patios, / el
mandolín, el arpa, / la chispa de Cabeza,/ recuerdos de mi ayer.” Canqui
Chazarreta en ESQUINA AL CAMPO dice: “Viejos churos de mi pago / de estilo
humilde y gentil,/ sus arpas bordaron notas / que aún guardan las noches
zamberas de aquí.” Y más adelante,
“Esquina al campo, como mistoles / eran las coplas armadas allí, / maduraban en
verano/ con un ciego al arpa / y otro al violín.” En otro
de sus tema, ZAMBITA DEL MUSIQUERO: “Zambita
que traes cantares de ayer, / sembrando misquila de arpas”.
Si tomamos a don Atahualpa Yupanqui el nos dice en NOSTALGIAS TUCUMANAS:
“Zamba para bailar,/ arpa, bombo y violín,/ recuerdos y esperanzas/ en
los pañuelos, ay, ay de mí”; también
los Hermanos Abalos nos dicen en la
ZAMBA DE MI PAGO: “Un violín gemidor / junto a un bombo legüero / y un
viejo arpero/ nostalgias me traen de ande soy”.
Víctor Abel Giménez en VIEJITOS
DE MI PAGO dice : “hablaba del cumpa Chaza, / del ciego Aguirre el
Arpero,/ evocando aquellos tiempos / que también fue musiquero.”
Y si nos venimos
por Salta Castilla y Portal dicen en ZAMBA DEL CIEGO: Ustedes que están cantando / están
cantando mis ruegos / porque esta zamba ha nacido / dentro del arpa de un
ciego.
Pero, hablar del Arpa en Salta, nos
trae indefectiblemente a la memoria, la figura de don Isbelio Godoy, quien si
bien había nacido en el Paraguay más precisamente la región del Guaira, en pequeño pueblo
ubicado a 7 Km. De la ciudad de Villarrica, llamado Mbocayaty cuyo significado
en guaraní es Cocotal, el 27 de
noviembre de 1926 y se afincó en Salta en 1949, convirtiéndose en un salteño
más a la hora de difundir nuestra cultura.
Sobre él podemos decir que se inició
como arpista a los 8 años, luego formó parte de la Orquesta de Cañeta, con la
cual recorrió el Brasil y al desvincularse de esta formó el trío Pájaro
Campana, con el cual llegó a Salta, contratado por la entonces Radio LV9 Radio
Güemes.
En 1950 se casó con la salteña Olga
Ohse, (Pianista y artista plástica), con ella en el piano se inició una etapa
muy importante y giras por todo el país, las audiciones radiales en vivo,
generaban en los oyentes de Salta una gran predilección y fue así que se adentró
también en el corazón de la gente.
Isbelio Godoy, en Boliche Balderrama, Salta 1974 |
Peñas, festivales, grandes eventos,
lo tenían entre sus preferidos, podemos recordar su actuación ante los reyes de
Bélgica Balduino y Fabiola en su visita a Salta o siendo parte de la cartelera
central de algunos festivales que nacían en la región, como en 1974 la Serenata
Cafayate, solo por citar alguno.
Su sensibilidad creadora lo llevó a
componer con grandes personalidades de Salta, entre ellos podemos mencionar a
Ariel Petrocelli, José Argentino Di Giulio, Abel Mónico Saravia trayendo
nuevamente al presente el canto del arpa. Entre sus temas podemos mencionar: Tu
trenza morena (con Mónico Saravia), Perú de Oro, Guarania y Mujer, La presencia
de mi pueblo, Gato del acuyico, Coyuyo de obraje, Arpa en una zamba (con Petrocelli),
Murmullo de Selva, Arpa tanguera, El Lunar, La Sanjuanina, a orillas del plata,
bailando juntitos, El mielero, Vals de los 15 años (Con Di Giulio), una gran
cantidad de temas para Arpa como Molienda Campesina, Alma Guaireña, A los
arriero, Te conocí en otoño y Cocotal este último dedicado a su pueblo natal.
Grabó 14 placas discográficas Isbelio,
aquella titulada “Tangos”, le valió una admirable crítica en el diario Clarín
de Buenos Aires, resaltando el logro de este disco que pudo sortear la
limitación del instrumento (falta de semitonos) con una gran interpretación.
Algunos que peinan canas, recordarán
sus actuaciones, su arpa india, su sonoridad, su presencia; para quienes
compartimos con él momentos maravillosos, se nos fue un poco del alma aquel 17
de Mayo de 2000, cuando se fue de Salta, en una eterna serenata a las
estrellas.
Jorge A. Gianella
Revista Pucará – Salta Agosto 2014
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