Por
Jorge Gianella
Juan Antonio Rojas, es uno de los tantos olvidados de la
historia de nuestra independencia nacional, que se cubrió de gloria muriendo
por la patria, parafraseando al General Güemes.
Este Rojas que nació en Salta en 1787 sintió el llamado de la patria y estuvo
presto a servirla desde que se enteró que el cabildo de Salta se plegaría a la
junta de Buenos Aires y así lo hizo.
Se alisto en la “Partida de Observación” que organizara
el joven Teniente Martín Güemes de la cual ya hay constancias de una comisión
secreta otorgada por la junta un 22 de agosto de 1810. Es entonces que esta
partida establece el campamento en Humahuaca, desde donde debe conocer el poder
de los realistas en el Alto Perú y evitar su conjugación con los de Córdoba,
creo mas que elocuente, la cita realizada por Atilio Cornejo en su libro
Güemes, pagina 58: “Su resolución fue
heroica, que privó que muriese en su cuna la libertad,...”. Juan Antonio Rojas
estará desde entonces unido a esta región y al caudillo de Salta por el resto
de su vida.
Participó de los combates de Cotagaita y de Suipacha,
creo que el párrafo extraído del libro Biblioteca de Mayo, tomo XIV, Guerra de
la Independencia, editado por el Senado de la Nación en 1963 en página 12972
nos puede ayudar a aclarar estos hechos : “...Las tropas que dieron la
acción fueron las de Salta y Tarija,
puesto que de allí eran los oficiales y soldados, muertos y heridos que
menciona Castelli”.... refiriéndose a la acción del 27 de Octubre de 1810
en Cotagaita, mas adelante dice: “... no fue la Vanguardia del ejército de
Buenos Aires; fue la división Salta, compuestas por tropas de allí y un
batallón de milicias de Tarija. No fue Balcarce; fue Güemes quien encabezó ese
combate. Balcarce con la vanguardia del ejército de Buenos Aires se hallaba a
mucha distancia, en marcha en la Quebrada de Jujuy el 27 de octubre” y en
unos párrafos más dice: “... el 10 de noviembre – fecha del oficio de
Castelli – se dirigió a Cotagaita desde Tupiza la segunda división ... La
segunda división no podía ser sino la vanguardia que mandaba Balcarce y la
primera, forzosamente más adelante era la de Salta y Tarija que mandaba Güemes y que obtuvo con este a la cabeza la
inmortal victoria de Suipacha. ...” (7 de Noviembre de 1810).
Juan Antonio Rojas, no se aparta del destino de su Jefe;
en las acciones que vendrán después; pero su continua relación con la quebrada
de Humahuaca y la villa de Tarija, estarán siempre presentes, pues en 1814,
Rojas forma parte de la avanzada de la jurisdicción de Tarija a cargo del
comandante Capitán Graduado don José
Olivera y como consta en un parte del 15 de noviembre de 1814 fue gloriosa la
acción en la quebrada de Locloc donde se produjeron a los realistas 8 bajas, 2
prisioneros (un oficial y un soldado), la perdida de fusiles, sables, animales,
etc. diciendo textualmente: “... sin
que de nuestra parte hayamos tenido más
pérdida que la de un caballo y una pedrada que recibió el intrépido alférez de
gauchos don Juan Antonio Rojas en la boca del estómago.”... En este mismo parte recomienda a Güemes y este
a Rondeau para la obtención de algún reconocimiento no solo a Rojas sino también a Marcelino
Aparicio (Teniente), y al ayudante Santiago Zavala. (Güemes Documentado, Luis
Güemes, Tomo 2, Página 260 y siguientes). Esta partida de Olivera seguirá
hostigando constantemente a los realistas en la villa de Tarija.
Sus virtudes militares, su valor, su arrojo y decisión
son ya un símbolo, una marca personal que uno puede ver de manifiesto y sin
ninguna duda en 1816 cuando derroto en Mojo (Moxo), a una fuerza realista
varias veces superior, tomando prisioneros y material de guerra. En ese mismo año es ascendido a Capitán y al
mando de una división destinado a la defensa de Jujuy. “Se sucedían en las
cercanías de la ciudad y en los parajes más lejanos, un sin número de combates,
siempre gloriosos y a veces anónimos” expresa Luis Arturo Torino, (La
invasión realista de 1817 una prueba definitiva, separata de Boletín Nº 19,
Instituto Güemesiano de Salta ,1994) y creo que esta frase sintetiza lo vivido
en esa Salta de la independencia, en donde se forjó con la sangre del pueblo,
la libertad americana.
La primera mitad de 1816, es de gran inactividad, Pezuela
es nombrado Virrey del Perú, Juan Ramírez y Orozco toma provisoriamente la
conducción del Ejército Realista y la Vanguardia de este, está a cargo de don
Pedro Antonio Olañeta.
Olañeta que se
retiraba, ignorante de todos los cambios que se suscitaban en el Ejercito del
Rey, al ver que se había descuidado la vigilancia de la Quebrada de Sococha,
(que estaba a cargo de Juan Antonio Rojas y a quien desatinadamente se le
ordenó retirarse) cayó sobre Yavi, derrotando a las tropas patriotas y
capturando a sus jefes; tal revés significó un grave contratiempo en los planes
de Güemes, y quizás un importante refuerzo en las ambiciones de La Serna. La
presencia de Rojas con su partida de infernales, era un verdadero punto de
apoyo para toda la actividad en la quebrada de Humahuaca y hasta en la misma Tarija.
A fines de 1816 desde Tarija, se iniciaba la Tercera y
mayor invasión realista, venidas desde el Alto Perú entre 1812 y 1822, invasión
que se llamó la grande, por la impresionante cantidad de soldados arribados con
ella, casi 7.000 hombres; 3.500 de ellos se habían distinguido por haber
combatido y derrotado a Napoleón Bonaparte en Europa y a Simón Bolívar en
América. Las tropas patriotas hostigaban continuamente a los realistas.
Juan Antonio Rojas cortando camino por desconocidos
atajos, los esperó en las cercanías de Zapla y sorprendió la vanguardia
española formada por un batallón conocido con el nombre de “Mala Cabeza” al que
exterminó totalmente aquel día 22 de enero de 1817. Unos días después el 6 de
febrero, el Comandante Rojas con su partida de infernales, derrota y aniquila
totalmente un cuerpo de caballería “Los Dragones de la Unión” y a los efectivos
que los apoyaban, quienes eran soldados de infantería del famoso “Extremadura”,
esto sucedió mientras los realistas se hallaban ocupados en la siega de alfalfa
, para aprovisionar de alimento a las caballerías; este lugar tan cercano a la
ciudad de Jujuy era conocido con el nombre de “San Pedrito” (Hoy un barrio de
San Salvador de Jujuy), fue esta la razón de la pronta ayuda enviada por La
Serna al escuchar el fragor de la lucha, al ver la desproporción de las fuerzas a las que enfrentarían Rojas
decide la retirada. Como resultado de esta refriega, quedaron inertes en el
campo todos los enemigos (realistas), “salvo siete que tuvieron la inmensa
suerte de ser aceptados como prisioneros”... (Güemes Documentado, Luis
Güemes, Tomo IV, página 312)
A pesar de la importante derrota al destacamento realista
de Humahuaca del 2 de marzo de 1817, La Serna llegó a Jujuy y el 13 de abril
partió de esta con rumbo a Salta, durante todo el trayecto fueron hostigados
por los criollos y a pesar de la tenaz resistencia y la intensa balacera, los
realistas tomaron Salta el 15 de abril. Convencido La Serna que podía marchar
hasta Catamarca y salirle a Belgrano por la retaguardia y que atravesando
áridas y desmontadas comarcas impediría
a los gauchos maniobrar con tanta eficacia y desenvoltura; más de 1000
hombres al mando del Coronel Vicente Sardina, considerado entre los mejores
oficiales de la Caballería Realista.
Partieron de la ciudad en la noche del 20 de abril, mientras La Serna realizaba
un baile de gala pretendiendo ocultar semejante partida. Burela los hostigó
casi inmediatamente, y así se sucedieron diversas y sangrientas escaramuzas
durante el trayecto. Al arribar al “Bañado” cerca del Carril y cuando se
disponían a realizar una carga de caballería contra los efectivos de Latorre,
sufrieron una emboscada montada desde la espesura del monte por don Juan
Antonio Rojas y su famosa división corsaria de infernales “La Coronela” apoyada
por una fuerza menor la del alférez Leytes, Allí murió el Comandante Bernardo
de la Torre, uno de los compañeros liberales de la Serna, dos oficiales y
treinta soldados; perdieron también un cañón de la división. Luego de descansar
en la casa de ”El Bañado”, Sardina ordenó marchar a la quebrada de Escoipe,
siguiendo el curso del río Chicohana; apenas habían avanzado unas cuadras
nuevamente fueron atacados por los efectivos de Rojas y Leytes y les derribaron
la Banda de música y el Coronel Sardina fue descabalgado de un disparo que le
atravesó los pulmones, además de recibir una grave herida de sable en el
cuello; con su jefe herido continuo el contingente hacia Escoipe conducidos por
el Coronel Antonio Vigil; siempre flanqueados y esporádicamente tiroteados, los
realista llegaron a Pulares, hicieron noche y al día siguiente se adentraron en
la Quebrada en donde las tropas patriotas al mando de Burela y apoyadas por
Zabala, sumado al paisaje de la quebrada que consideraron ideal para
emboscadas, amilanados, diezmados y desmoralizados decidieron regresar a Salta
por el camino del Rosario; los gauchos se adelantaron por senderos desconocidos
para los españoles y de trecho en trecho les tendieron cinco emboscadas
sucesivas protagonizadas por los oficiales de milicias: Pedro Zabala, Jorge
Torino, Juan Antonio Rojas y Bernardino Olivera, que provocaron en los
realistas la pérdida de cuarenta soldados, el alférez abanderado y varios
caballos. En tanto en Pucará (Rosario de Lerma), ya había acudido Güemes a
tomar el mando de la Caballería y preparar una carga general con todas las
fuerzas reunidas, estaban las de Luis
Burela, Pedro José Zabala, Jorge Torino, Juan Antonio Rojas y Bernardino Olivera;
fue sangriento aquel 28 de abril. El 2 y el 3 de mayo “los infernales” cargaban
sobre las tropas enemigas en acciones sorpresivas y simultaneas, ocasionando un
desbande generalizado, con numerosos muertos y heridos y con toma de armamento,
caballos y víveres. El 4 de Mayo los realistas deben abandonar la ciudad con
rumbo a Jujuy, siendo cruelmente hostigados por los gauchos. La Serna sufrió en
Salta, la más humillante derrota de su carrera militar. El general Belgrano
propuso en premio a la defensa de Salta una Estrella Heráldica de seis puntas
(para significar el número de héroes distinguidos en la acción) esta estrella
dará origen luego al escudo provincial, que hasta hoy perdura. Los 6 héroes de
esta gloriosa Jornada fueron: El Coronel don Martín Miguel de Güemes, Los
Comandantes Luis Burela y Pedro Zabala, los Sargentos Mayores Apolinario
Saravia y Juan Antonio Rojas y el Capitán Mariano Morales.
Las hostilidades continuas acompañan a los realistas en
retirada, solo por citar algunas en las que interviene Juan Antonio Rojas
podemos mencionar en Altos de Quintana (15 de Mayo de 1817) el camino del Comedero (19 de mayo de 1817),
En Volcán (29 de Mayo de 1817), Persiguiendo junto a José Apolinar Saravia a los realistas hasta Purmamarca (30 de Mayo)
y quedando luego de Hornillos las hostilidades solo a la Partida de Rojas; La
que apurará a los realistas en Tilcara (12 de junio), Luego pasará a
Cangrejillos junto a Gaspar Aramayo (2 de julio), Para el 23 de Septiembre es
de destacar el accionar de Rojas que sorprende al ejército español en la Tablada
de Tarija dejándolo sin caballería o el combate librado en la Misión de Salinas
el 18 de Mayo de 1818 en las fronteras de Tarija, Los gauchos jujeños y
salteños al mando de Uriondo y Rojas derrotan a las fuerzas realistas al mando
del Coronel Vigil quienes dejan en el campo un gran número de muertos, heridos
y material de guerra.
Su partida era
“Corsaria de Infernales” denominada “la Coronela” y entender que las divisiones
corsarias, serían los comandos de hoy; nos puede ayudar a dimensionar y comprender su desempeño y
función. Una partida poco numerosa, hábilmente conducida, que ocasiona al
enemigo grandes pérdidas, que puede desplazarse grandes distancias y combatir
en puntos distantes y en muchos casos a pesar de formar parte de un regimiento
esta actúan aisladas y con una aparente independencia. Este es el caso de la
partida de Juan Antonio Rojas siempre destacado en los documentos por su valor,
arrojo, capacidad y voluntad combativa,
espíritu militar táctica, estrategia y
tantos otros méritos que con su accionar constante nos permite confirmar.
Andrés García Camba al referirse a las Divisiones Corsaria dice en sus memorias
textualmente “y la famosa división La Coronela, dirigida por el León de
los Gauchos, el coronel Juan Antonio Rojas”
Fueron varias las conspiraciones contra Güemes que
surgieron dentro de los sectores desconformes por la política que debió
desarrollar el Gobernador para sostener
la guerra ante el abandono al que arrojaron a Salta las otras provincias y el
gobierno central. Dentro de estas conspiraciones quizás la de el Coronel Manuel
Eduardo Arias sea la más temible y que Juan Antonio Rojas ayudara a descubrir
en 1819.
Para 1819 - 1820 Güemes se vio obligado a aferrar al
ejército realista en el territorio de Salta, para mantenerlo alejado del Perú y
colaborar con San Martín. Toda actividad que podían llevar a cabo estaba
reducida a provocar, tentar y atraer a los españoles.
28 de junio de 1819. El Coronel Juan Antonio Rojas,
derrotó a los realistas mandados por el general José Canterac, en Cerrillos,
A mediados de 1820, Güemes ya había cumplido su cometido,
de aferrar al ejército del rey en el interior del territorio provincial,
abandonó su táctica primitiva y soltó sobre los enemigos toda la furia y la
potencia disponible en sus contenidas legiones. Encomendó a Rojas que hiciera
contacto con las fuerzas de Valdés que regresaba de la frontera. El Coronel
gaucho espero en el punto conocido como “las Cañas”, todavía en el ámbito del
Pasaje y sin medir la enorme diferencia de fuerzas, se precipitó sobre la
columna española, trabando con ella un reñidísimo combate de caballería. Vigil
que encabezaba la vanguardia realista fue batido, perdiendo en la acción varios soldados y todo el ganado que conducía.
Pero también los gauchos de Salta tuvieron una de sus pérdidas más sensibles,
su legendario jefe, el valiente Rojas, resultó mortalmente herido en la
acción, ese 3 de junio de 1820, sus
gauchos lo trasladaran hasta cerrillos donde morirá unos días después, el
jueves 22 de junio de 1820. Güemes al informar sobre este suceso decía: “Acción
digna del mayor elogio para la pequeñez de nuestra partida, comparada con la
enemiga”..
Casualidades o Causalidades, no se, pero Juan Antonio
Rojas está ligado a su Jefe hasta en la muerte, pues un año después; otra vez
José María Valdés apodado el Barbarucho conducirá las tropas que han de herir
mortalmente al General Güemes y convertir nuevamente a junio en un mes fatal.
Jorge Adrián Gianella
Otras
miradas, para comprender la importancia de la figura de Rojas:
Ricardo
Rojas, en “El Santo de la Espada”, luego de hacer un certera apreciación sobre la guerra que desarrollo el pueblo de
salto-jujeño en la Independencia americana y lo que San Martín vislumbraba como
un apoyo a su plan estratégico dice lo siguiente:
“...
Castro en el Valle de Lerma; Rojas, Arias y Alvarez Prado en las quebradas de
Jujuy; los Saravia ( Pedro José y Juan Apolinario) en el Pasaje, así como otros cabecillas menores, dirigían
aquellos asaltos diarios y continuos.....”
José
Salinas Claveras, en “Página Histórica hoy” tomo II, Páginas 366 y 367. Revista y
Bibliteca del suboficial volumen Nº 148 año 1980
Día 3 de Diciembre (1817)
Hostilidades
en Tarija
Los
Comandantes Don Juan Antonio Rojas y Uriondo, después de proteger la retirada
de La Madrid, volvieron a reconquistar el terreno perdido por este, obligando
al enemigo a reconcentrarse en Tarija y lo hostilizaron sin descanso,
arrebatándole las caballadas por atrevidos y bien combinados golpes, con
lo que se demostró prácticamente las importantes ventajas que de la
malograda expedición podrían haberse reportado, de haber sido mejor conducida.
Al mismo tiempo, el Comandante D. Esteban Fernández y el Mayor Rabelo, volvían
a establecer su campamento a inmediaciones de Santa Helena, y desde allí
apoyaban nuevamente la insurrección de Cinti.
Simultáneamente
con estos movimientos en Tarija, Olañeta, a la cabeza de una columna de 1.000
hombres, invadía nuevamente por Humahuaca (agosto de 1817). Esta operación sin
alcance ulterior tenia simplemente por objeto
de parte de La Serna, acreditar que
los realistas no se habían retirado de Salta por temor a los gauchos. La
provincia de Salta, extenuada y exhausta de caballadas no podía oponer una
seria resistencia al avance de esta columna, que merced a las fuertes
posiciones que ofrece la Quebrada y con sus flancos cubiertos, pudo llegar el
10 de diciembre hasta Uquía. Hasta allí le hizo frente el comandante Arias,
manteniéndose constantemente a su vista, al frente de una corta y mal montada
división de gauchos. En una de las guerrillas se encontraron al habla Aries y
Olañeta y éste invito al jefe patriota a pasarse con sus tropas. Arias le
contesto con un tiro de fusil, y al dar cuenta de este
hecho, dice: "Nadie
se pasa, a pesar de hallarse muchos de mis soldados en cueros vivos”. (Parte de
Arias a Güemes del 3 de diciembre de 1817).
Desde Tilcara, volvió Olañeta a
replegarse al pueblo de Humahuaca, siempre observado y hostilizado de cerca por
los gauchos.
Este
alarde de La Serna, que contaba no encontrar a su frente sino guerrillas de
gauchos mal armados, ofrecía a Belgrano la ocasión de obtener sobre Olañeta una
ventaja señalada, destacando sigilosamente sobre la Quebrada una columna ligera
de su ejército, para obrar en combinación con las partidas de Güemes. En tal
sentido, había tomado sus medidas y se proponía llevarlas a ejecución, cuando
recibió orden del Gobierno para desprender al interior una parte de sus
fuerzas, a fin de garantir el orden de la República.
Desde
ese día, el ejercito auxiliar del Perú quedó perdido para la guerra de la
independencia; pero ya la inmunidad de la frontera argentina por el Norte era
un hecho y Salta bastaba para hacerlo respetar.
Bibliografía:
& Antonio David Sorich: “4 de Mayo día de la
Defensa de Salta” – Arículo , Revista La Gauchita, Salta Mayo de 1999, Página 8
& Luis Güemes – Güemes
Documentado – Editorial Plus Ultra –Buenos Aires 1980 -Tomos 2, 4, 5,6,7,8,9.
páginas varias.
& Luis Arturo Torino – Güemes
protagonista de primera magnitud de la Independencia Argentina. La Invasión
Realista de 1817 una prueba definitiva – Separata del Boletín Nº 19 del
Instituto Güemesiano de Salta – Año 1994, páginas varias.
& Luis Arturo Torino – La
Invasión Realista del año 1820 – Separata del Boletín Nº 21 del Instituto Güemesiano
de Salta – Año 1996, páginas varias.
& Luis Arturo Torino – La última
invasión realista y la muerte de Güemes – Separata del Boletín Nº 24 del
Instituto Güemesiano de Salta – Año 1999, páginas varias.
& Atilio Cornejo – “Güemes” –
Editorial Espasa Calpe – Buenos Aire – 1946 – páginas varias
& José Salinas Claveras –
“Página Histórica hoy” tomo II, Estado Mayor del Ejército – Revista y
Biblioteca del suboficial volumen Nº 148 año 1980, páginas 366 y 367.
& Diego Santillán – Gran
Enciclopedia Argentina – Ediar editores – Buenos Aires 1961 – Tomo VII – página
213.
& Biblioteca de Mayo – Colección
de Obras y Documentos para la Historia Argentina – Tomo XIV Guerra de la Independencia – Senado
de la Nación años 1963, páginas desde 12940 hasta 13035.
& Eduardo Ceballos – Conozca la Historia de
Salta a través de sus efemérides – Instituto Cultural Andino – Salta 1990 –
páginas varias.
& Ricardo Rojas – “El Santo de
la Espada” vida de San Martín – Editorial Losada – Buenos Aires 1950 – página
81 a 85 .
& Fernando Figueroa – “Diccionario Biográfico de
Salteños- Editorial de la Universidad Católica de Salta (EUCASA) – Salta 1980 –
página 227 – 327.
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